NO SE TRATA DE DERRIBAR BARRERAS, SINO DE DISEÑAR SIN ELLAS – Dia Internacional de la Discapacidad
Hoy día 3 de Diciembre se celebra el día Internacional de la Discapacidad, que fue declarado en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución 47/3. El objetivo, según las Naciones Unidas, es promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.
Cuando hace unos meses entrevisté a Anna Margalef, madre de una chica con discapacidad y Concejala de Diversidad Funcional de Castellar del Vallés, me hizo un comentario del que todos deberíamos reflexionar.
«Al final la discapacidad es un carnet, un carnet que te dice el tanto por % de discapacidad que tienes, pero discapacidades tenemos todos y muchas.»
La discapacidad viene determinada por distintas condiciones físicas, mentales y/o sensitivas que impiden o limitan a la persona a desarrollar ciertas tareas de forma autónoma. Para valorar el grado de discapacidad, se realiza una valoración sobre las tareas básicas de la vida diaria que puede o no hacer la persona, el tiempo que emplea para su realización o si necesita asistencia.
¿CÓMO SE CALCULA ESTE GRADO DE DISCAPACIDAD?
Las actividades que una persona debe realizar en su vida diaria (AVD) se utilizan para valorar el grado y el porcentaje de discapacidad que tiene una persona. Las actividades diarias se dividen en autocuidado, comunicación, actividades físicas, funcionales, control del sueño.
Para medir todo esto, nos centramos en si la persona puede o no hacer estas cosas. La realidad es, que muchas de estas actividades las podrían llevar a cabo sin tanta dificultad (o sin dificultad) si su ENTORNO fuera verdaderamente inclusivo y accesible. El error está en que actualmente NO se diseña pensando en TODA la población, sino que se deja de lado al colectivo de personas con discapacidad (y a muchos otros), y después se trata de hacer «adaptaciones», o chapuzas en muchas ocasiones.
Yo misma sería incapaz de hacer ninguna de las cosas de la lista que se utiliza para hacer el cálculo del grado de discapacidad, si no contara con la asistencia de mis gafas o lentillas. Lo que ocurre es que tener dificultades en la vista es algo extendido en toda la población, por lo que está normalizado y hay soluciones infinitas y variadas para ello. Si una gran parte de la población fuéramos en silla de ruedas, todo lo que se diseñase se pensaría ya «adaptado» para la silla de ruedas, y no se le llamaría diseño adaptado ni espacio accesible. Simplemente porque todo estaría diseñado pensando ya en ese uso. No hablo de nada nuevo, esta idea existe hace años, pero no se ha extendido lo suficiente ni lo deseable. Se trata del DISEÑO UNIVERSAL.
DISEÑO UNIVERSAL O DISEÑO PARA TODOS
El diseño universal es un término relativamente nuevo, que nace en escandinavia, a raíz del diseño ergonómico y funcional de los años 60, así como de la política social sueca, de donde proviene la idea de «Una Sociedad para Todos». La persona en el centro, los derechos de la persona son lo primero.
La idea del diseño universal es simple: se trata de crear diseños que sean funcionales para el mayor número de personas posible, de modo que si el diseño es útil para los extremos, lo será para el resto.
Ya no se trata de derribar barreras, sino de diseñar sin ellas.
NO SE TRATA DE DERRIBAR BARRERAS, SINO DE DISEÑAR SIN ELLAS
Se ha trabado en conjunto con diseñadores, arquitectos, ingenieros y demás profesionales para sentar los principios del diseño universal, que son los siguientes:
- Igualdad de uso: el diseño debe ser fácil de usar y adecuado para todas las personas independientemente de sus capacidades y habilidades.
- Flexibilidad: el diseño debe poder adecuarse a un amplio rango de preferencias y habilidades individuales.
- Simple e intuitivo: el diseño debe ser fácil de entender independientemente de la experiencia, los conocimientos, las habilidades o el nivel de concentración del usuario.
- Información fácil de percibir: el diseño debe ser capaz de intercambiar información con usuario, independientemente de las condiciones ambientales o las capacidades sensoriales del mismo.
- Tolerante a errores: el diseño debe minimizar las acciones accidentales o fortuitas que puedan tener consecuencias fatales o no deseadas.
- Escaso esfuerzo físico: el diseño debe poder ser usado eficazmente y con el mínimo esfuerzo posible.
- Dimensiones apropiadas: los tamaños y espacios deben ser apropiados para el alcance, manipulación y uso por parte del usuario, independientemente de su tamaño, posición, y movilidad.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
La solución está ahí, y solo se debería trabajar con esa idea en mente. Las adaptaciones están muy bien para lo que ya existe, pero para lo nuevo, se debería adoptar siempre el diseño universal, de modo que ya no habría necesidad de hacer adaptaciones posteriores. Incluso siendo los gobiernos egoístas, y pensando solo en su propio beneficio, hacerlo de este modo sería también positivo para ellos, puesto que esto les ahorraría muchos costes futuros de adaptaciones.
Queda todavía mucho trabajo por delante, pero por suerte, mientras esto no sucede, existen muchas iniciativas que luchan por los derechos de las personas con discapacidad, tratándoles de facilitar su día a día.
Feliz día Internacional de la Discapacidad, aunque nosotros preferimos llamarlo de la Diversidad. 😉